15M: Otr@s, nosotr@s
No deja de ser curioso que los medios e incluso la clase
política nos exija que especifiquemos propuestas concretas, que
postulemos, en fin, a unos líderes que ofrezcan una hoja de ruta
¿Cuántas décadas lleva el sistema representativo liberal ofreciendo
políticas que ignoran la voluntad de las personas bajo la engañosa
pátina de una mayoría representada por una élite? ¿Cuántos siglos lleva
el capitalismo imponiendo la maximización de los beneficios privados y
socialización de los efectos negativos? ¿Y qué aspecto tiene hoy nuestro
planeta y nuestra tierruca? ¿Por qué hemos llegado a este grado de
desafección política en supuestas democracias? Entre la cultura del
miedo y la sociedad del espectáculo nos hemos convertido en consumidores
de nuestra propia realidad, en rentistas de nuestro tiempo, en daños
colaterales de las guerras por los mercados. Se pretende que el 15M
resuelva la cuadratura del círculo y que además la done generosamente al
discurso único de los políticos y los medios. Vemos el órdago: cooperar
en vez de competir, compartir en vez de poseer, consensuar en vez de
imponer.
La reflexión crítica y pública sobre nuestras necesidades
y deseos en asambleas horizontales impide la manipulación de las
voluntades y la dilución de responsabilidades. Así, decidimos y actuamos
de manera colectiva sin renunciar a nuestra individualidad. A través
del diálogo razonado construimos consensos incluyentes que tratan de
resolver problemáticas planteadas en asamblea. Cuando varias personas
muestran disenso ante una propuesta, esas personas se comprometen a
argumentar su posición o, de lo contrario, la asamblea les da tiempo
para que puedan trabajar otro consenso que también incluya las razones
de los demás. Es cierto que de esta forma nunca podremos erigirnos en la
voz de un país o un continente, que piensa y decide en el nombre de
millones de personas silenciadas, ya que el método asambleario nos
obliga a empoderar a todos por igual en cada decisión porque cada cual
se representa a sí mismo. Sin embargo, la democracia directa sí permite
que multitud de asambleas se coordinen en red para cumplir con consensos
sobre objetivos concretos en tiempos específicos.
Participar de la democracia directa en las asambleas
permite vislumbrar alternativas a la crisis de legitimación de la
democracia representativa en un mundo política y económicamente
globalizado por instituciones no controladas democráticamente, caso de
las multinacionales, el FMI, la OTAN o la Comisión Europea. Los partidos
políticos son estructuras jerárquicas que evidentemente responden a los
intereses del poder financiero y de las élites empresariales, mientras
los sindicatos mayoritarios se quejan con la mano izquierda mientras
firman con la derecha. De este modo, la estafa de esta crisis económica
se ha constitucionalizado y se celebra la precariedad laboral como
empleo digno.
A la vez que los foros económicos celebran el crecimiento
de los nuevos mercados de la salud y educación privada o concertada,
los profesionales y usuarios de la educación y la sanidad públicas pasan
a ser peligrosos antisistema que ponen en jaque al sistema democrático
por reivindicar nuestros derechos.
Bebemos de una contrahistoria que no entiende de
vencedores ni vencidos, categorías incapaces de explicar la complejidad
de nuestro pasado ni de prever los horizontes de nuestro futuro.
Llamamos a hacer diariamente política y economía de las pequeñas cosas
con el fin ir creando comunidades reales en las que todos podamos
desarrollar nuestras capacidades de manera libre, en una reivindicación
radical de nuestra individualidad que sólo es posible en un entorno
social cooperativo y horizontal que asegure los medios de subsistencia
para todas las personas.
También estimamos que la desobediencia civil activa será
el único recurso que nos quede a las personas pacíficas si se continúa
conculcando nuestros derechos y coartando nuestras libertades. Por ello,
nos sentimos hermanados con aquellos movimientos del Sur y el Norte
global que se oponen al orden mundial actual desde la idiosincrasia de
sus luchas locales. Desde Sol hasta Wall Street, de Chile a Islandia,
también en Torrelavega, Santander, Cabezón de la Sal, Potes, Castro
Urdiales, estamos en todas partes decididos a transformar nuestras vidas
sumando pequeñas revoluciones.
De ahí que debamos comprometernos con Cantabria en primer
lugar. Sabemos, por ejemplo, que en nuestra tierra se quiere explotar
el gas en el subsuelo utilizando una técnica que conllevará la
devastación de nuestros valles y la desaparición del hábitat rural por
contaminación. Sabemos también que el modelo desarrollista basado en la
especulación y el turismo de masas que destrozó la costa mediterránea se
extiende por el norte. Nos oponemos a todo ello. Veámonos en las plazas
y en los pueblos para hablar sin intermediarios y decidir qué montañas,
qué playas y qué ciudades disfrutarán nuestros hijos e hijas, para que
ellas y ellos sean al fin libres para decidir cómo quieren vivir.
La lógica de la sinrazón que nos gobierna nos tacha de
utópicos. Para el 15M la utopía es sólo aquello que no hicimos todavía.
Que lo consigamos, en realidad, depende de lo que tú hagas.
Sacáu de: http://www.eldiariomontanes.es/prensa/20111129/opinion/articulos/nosotr-20111129.html
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