Con esta entrada inicio una serie de tres entrevistas realizadas a distintos militantes de diferentes Comandos englobados en los C.A.A. en los años 70 y 80. Las entrevistas están sacadas del libro "Comandos Autónomos: un anticapitalismo iconoclasta".
Las considero interesantes para conocer los planteamientos de estos grupos a nivel organizativo e ideológico, así como su postura respecto a ETA (militar y político-militar) y la alternativa KAS.
Esta primera entrevista, fue concecida en el año 1979 para el semanario vasco Ere.
Hablan los autónomos
No hemos perdido ni ganado. Somos
la expresión de un sector del
pueblo vasco y seguimos siéndolo,
independientemente de los
resultados de la jornada de
huelga. Nosotros estamos al margen,
declararon a ERE un grupo de
miembros, que insistieron en que
hablaban a ese nivel de los
denominados "comandos autónomos"
a la pregunta de las
repercusiones de los paros en los planteamientos
de su organización. "Los
únicos que pueden utilizar ese lenguaje
de pérdidas o ganadas son los
partidos que entran en la política de
alianzas y pactos con la
burguesía y nosotros no estamos en esa
perspectiva. Lo que nos define es
un profundo anticapitalismo
asambleario, el rechazo de
concepciones elitistas y de vanguardia y
un fuerte nacionalismo",
precisaron en el transcurso de la entrevista
concedida a ERE. El resto
trascurrió de la siguiente manera:
ERE— Durante el
último año su lenguaje, planteamientos y en
algunos casos
acciones armadas se han vinculado de manera
continua a los
de ETA militar y a sus sectores de influencia:
más
concretamente se les ha presentado a ustedes como
integrantes de
Herri Batasuna ¿En que medida puede hablarse
de ruptura de
sus planteamientos con los de ellos?
No puede hablarse de ruptura desde
el momento en que nunca
hemos sido miembros de Herri
Batasuna. Hay sectores que sí es cierto
que están cerca de nuestras
posiciones, pero en cuanto a planteamientos
generales las diferencias son muy
claras desde nuestro origen.
¿Cuál es su
origen?
El origen organizativo de estos
comandos su puede situar hacia
1976. En ese comando algunos
antiguos miembros del Frente
Obrero de ETA, que no siguió la
evolución que hacia LAIA tendría este
grupo, más otros que se acercaron
desde los polimilis, berezis y
milis, además de otros
independientes, iniciamos de manera
coordinada una serie de acciones
armadas en el setenta y seis que
proseguiremos en
el futuro.
¿Puede hablarse
de una relación directa entre aquella escisión
en el seno de
ETA que ocurrió en 1974 y los actuales
comandos?
No, en modo alguno. Algunos
componentes sí tienen una
trayectoria que coincide en esa
línea, pero son muy pocos casos y
además los comandos tal y como se
conocen ahora surgieron como
hemos indicado antes, en el
setenta y seis. Además, la experiencia
autónoma es ampliable a
actividades no armadas. Como las de
fábrica, feministas o
antinucleares.
¿Son los
comandos autónomos una organización al estilo
clásico de las
ya existentes en Euskadi?
No. Los comandos están
coordinados, pero cada cual tiene
absoluta libertad para escoger y explicar
sus acciones. Es decir, que
existen una serie de
características comunes, como son las del
anticapitalismo u otras como el
antipartidismo o nuestro antisindicalismo,
pero nada más. Incluso a nivel
particular algunos pueden
llegar a definirse como
anarquistas, consejistas o como mejor
consideren dentro de ese esquema.
¿Existen en
Europa experiencias comparables a la vuestra, os
inspiráis en
algún modelo concreto?
No. Y podemos decir que no somos
las Brigadas Rojas de
Euskadi. En este sentido sí tenemos
conocimiento teórico de la
experiencia italiana o francesa,
pero hay diferencias muy grandes.
Empezando por el propio origen.
La mayoría de ellos son estudiantes,
mientras que nosotros somos
obreros. Y eso se nota. Luego están
los planteamientos ideológicos.
¿Y a nivel
estatal español?
En Cataluña hubo algunas experiencias
parecidas cuando surgieron
los GAC o el MIL, pero por el
momento y por las circunstancias
que concurrían también hay que
decir que no somos comparables a
estas experiencias. En aquellos
momentos los sindicatos estaban
prohibidos y era muy difícil que
en su lucha explicaran que los
sindicatos forman parte de la
estructura de poder capitalista y
además ellos trataban de
concienciar a los trabajadores desde su
práctica armada. Nosotros por el
contrarío hemos surgido de una
conciencia obrera y de una experiencia
asamblearia antipartido y .
antisindicatos. En suma, que el antiparlamentarismo
que profesamos
es anterior a nuestra
experiencia. En cualquier caso, y aunque
sea casi un tópico, cada
revolución tiene unas características
específicas que es preciso
respetar.
¿Esos
planteamientos que hacen no son en líneas generales los
que definirían
un anarquista? ¿Se sienten muy lejos de las
experiencias
anarquistas más cercanas?
Ya hemos dicho que a nivel
personal en algunos casos sí es
cierto, pero no a nivel general.
Más en concreto nosotros no
podemos sentirnos cerca de
anarquistas que como los de Askatasuna
apoyan la alternativa KAS y
apoyan las elecciones al Parlamento
a Herri Batasuna. Ellos sabrán
cómo se compagina eso. Y en relación
a la CNT creemos a nivel práctico
que la cosa está aún más clara...
Se han
desmarcado de Herri Batasuna y ahora más en concreto
de KAS. ¿Pueden
definir con más exactitud su posición hacia
esa coalición y
hacia esa alternativa?
Bueno, parte de los miembros de
los comandos rechazaron en su
día la alternativa KAS en el momento
de la escisión de LAIA (BAI) y LAIA
(EZ). Como se recordará, los
últimos rechazaron esa alternativa por
considerar que era una
alternativa para la democracia burguesa y que
en consecuencia no cuestionaba el
poder capitalista. Es un análisis
que hacemos nuestro. Eso sí,
planteaba en caso de un posible
triunfo una remodelación de
poder, pero no el poder mismo.
Posteriormente Herri Batasuna ha
sido construido con un carácter
más general sobre esas bases y la
últimas declaraciones de algunos
de sus
miembros
han venido a confirmar nuestro análisis, esto es.
que Herri Batasuna ha estado
jugando a dos bandas. Iban de
asamblearios y de antipartidos y
mantenían por otra parte la
estructura de partidos y además
se presentaban y en algunos casos
participando en organismos de
poder capitalista. En estos momentos
se tiene que producir una
decantación. O se es consecuente o
no se es. Habrá una ruptura y
pensamos que parte de su base social
es recuperable.
¿Piensan ustedes
que este proceso será inmediato?
No; es un proceso que se viene
dando, pero que se agudiza en
la medida en que los sectores más
vinculados a las estructuras de
funcionamiento y de pensamiento
de los partidos políticos van
haciendo una política más
abierta.
¿Por ejemplo?
Pues por ejemplo las
declaraciones de Aldekoa que no sólo
condena el atentado contra Germán
González, sino que encima dice
que si somos de los servicios
paramilitares, de las OAS y no sé
cuántas cosas más. Nos conoce de
sobra para saber lo que somos.
Ahí están también las
declaraciones de LAIA invitando a participar
claramente. Esto de alguna manera
era previsible desde hace
tiempo, pero así como los de EIA
fueron más consecuentes en esta
línea y además de ir al
parlamento uniformizaron ideológicamente su
partido, lo dotaron de una
estructura fuerte y de cuadros de dirección,
éstos postergaron estas tareas de
tal manera que la única diferencia
con las fuerzas que participan
del poder capitalista es la de que tiene
que remontar un gran retraso.
Pero en el fondo tienen pocas
diferencias unos y otros. Es
cuestión de tiempo. Si una organización
va por la vida de vanguardia y de
élite, o se adapta a un esquema
determinado de funcionamiento y
de participación o no se es nada.
Nosotros hicimos nuestra opción
de una manera clara. La delimitación
es limpia.
En relación a la
lucha armada existente en Euskadi ¿qué
posición
mantienen?
Es evidente que practicamos la
lucha armada, pero para nosotros
la lucha armada es simplemente
una parte de nuestra lucha. No
tiene un carácter primado, ni
secundario, ni nada. Es un elemento
más. Ha ocurrido que por un
cierto mimetismo el estilo de algunas
acciones de los 'comandos' han
sido muy milis. Esto es; que nos
hemos centrado en acciones de
tipo antirrepresivo, pero por nuestro
planteamiento, nuestro campo de
actuación es mucho mayor. Es,
usando un lenguaje publicitario,
un planteamiento de guerra total al
sistema y por eso los objetivos
son totales. A causa de ese
mimetismo llegamos a relegar
incluso el tipo de acciones que más
nos acerca a un planteamiento
anticapitalista. Acciones del tipo de
la de Adegui o los atentados
contra sedes de sindicatos.
¿No piensan
ustedes que ese tipo de atentados, especialmente
dirigidos contra
centrales sindicales, es muy difícil que sean
entendidos por
la clase trabajadora?
A este respecto habría que
preguntarse primero que a quiénes
representan estos sindicatos,
porque la abstención en las elecciones
sindicales que hubo fue muy
fuerte y, además, los sindicatos
participan y sostienen al poder
capitalista. En ningún caso lo
cuestionan; por eso, para
nosotros, son un enemigo más. La misma
práctica irá mostrando a quienes
aún creen en este tipo de organismos
su verdad-^ro carácter integrador
en el sistema.
¿Es claro que
piensan seguir en esta línea?
Lo intentaremos por lo menos, e
intentaremos además ampliar
el campo de nuestras acciones a
otros sectores profesionales que
asimismo sostienen y hacen
funcionar las actuales estructuras de
poder como, por ejemplo, el
clero, los médicos, etc.
Su postura entonces
hacia la práctica armada de los milis y
polimilis...
El análisis de lo militar en este
terreno es semejante al del
espectro político ya antes
analizado. O se cuestiona totalmente el
poder, es decir, se va hacia la
destrucción del Estado, o se colabora
con él. Los milis han centrado
sus acciones en lo que ellos piensan
que es el resorte de poder de la
actual estructura política; el Ejército
y las fuerzas de orden público,
pero después de conseguir la
alternativa KAS, ¿qué? Y otro
tanto se puede decir de los polimilis.
A diferencia de los anteriores
éstos han actuado con más intensidad
en el plano laboral. Lo de los
tiros en las piernas a los empresarios
está bien, y es posible que lo
practiquemos, pero los comandos
autónomos le darían un contenido
anticapitalista que ellos no dan.
En realidad, al situarse en una
perspectiva de apoyo a las negociaciones
que hacen los sindicatos lo que
hacen es también apoyarlos
y ya hemos explicado qué posición
mantenemos hacia esos organismos...
Pensamos que lo que hay que hacer
es globalizar estas
acciones en un mismo contexto
anticapitalista y por eso, a diferencia
de los milis que no actuarán
contra la policía autonómica si ésta no
realiza actividades represivas
contra la izquierda abertzale, nosotros
sí lo haremos porque la policía
vasca representa a! capital vasco,
nuestro enemigo. A veces, la
intervención de la élite armada no es
necesaria, como cuando los mimos
obreros secuestran a sus
directivos.
¿Qué valoración
hacen en este sentido de la nueva situación
tras la
aprobación del Estatuto de Autonomía?
Que todo seguirá igual y que si
antes teníamos encima una porra
con tricornio, ahora tendremos
otra más, sólo que con boina.
En el comunicado
en el que reafirmaban el carácter de
colaborador al
militante del PSOE y la UGT, Germán González, ha
sido
interpretado como una declaración de guerra particular
contra este
partido. ¿Es correcta esta interpretación?
Creemos que estaba bastante claro
que el ataque era contra el
militante en particular y si lo
han interpretado así es porque se
quieren dar importancia y no
buscan más que protagonismo a costa
de lo que sea. No nos extraña que
gente como Lertxundi lo haya
interpretado también así. Son
todos iguales.
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